Chlo-E by Duke Ellington and his Famous Orchestra

La canción “Chlo-E (Song of the Swamp)”, compuesta por Gus Kahn y Neil Moret, se volvió un clásico en la interpretación d

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Miguel Rico

10/16/20252 min read

El arreglo presenta un giro creativo, colocando el verso después del coro, y está enriquecido con efectos sonoros de "wah-wah" logrados con el trombón de Tricky Sam Nanton. Este efecto, característico del jazz de Ellington, añadía una calidad expresiva y ligeramente melancólica al tema. También destaca la intervención del trompetista Cootie Williams y el contrabajista Jimmy Blanton, quienes aportan un sonido profundo y cálido, típico de las producciones de 78 rpm de la época.

Técnicamente, el sonido de esta grabación en formato de 78 rpm se caracteriza por una presencia rica en frecuencias medias, lo que daba un timbre especial a los instrumentos de viento y una calidez única en los registros bajos. Estas grabaciones, aunque limitadas en su rango de frecuencias en comparación con formatos modernos, conservan un carácter analógico muy apreciado, con texturas y ligeros ruidos propios de la aguja sobre el disco que muchos consideran parte del encanto de estos registros.

Duke Ellington y su orquesta lograron un nivel de profundidad en esta pieza que evocaba la atmósfera de los pantanos del sur estadounidense, en parte debido al arreglo audaz y los efectos sonoros. Esta versión ha sido reconocida en el jazz como una interpretación icónica y ha sido referenciada e interpretada por varios músicos en años posteriores.

La canción “Chlo-E (Song of the Swamp)”, compuesta por Gus Kahn y Neil Moret, se volvió un clásico en la interpretación de Duke Ellington y su famosa orquesta. Grabada el 28 de octubre de 1940 para el sello Victor (matriz BS-053580, 20-1547 B), esta versión es celebrada por su arreglo innovador de Billy Strayhorn, quien aportó complejidad armónica y una estructura poco convencional para la época.

El sonido característico de los discos de acetato antiguos, conocido como “surface noise” (ruido de superficie), incluye sonidos como “hiss” (un siseo suave), “pops” (chasquidos) y “crackles” (crujidos). Este sonido nostálgico es resultado de las propiedades físicas de los discos de acetato y vinilo, que acumulan partículas de polvo en sus surcos y son sensibles al desgaste por el uso continuo.

El acetato, con su superficie de laca, se utilizaba en grabaciones de corta duración y como prueba antes de las producciones masivas en vinilo, principalmente debido a su naturaleza delicada y su vida útil limitada. Estos discos eran populares entre los ingenieros y músicos para evaluar la calidad de una grabación antes de su lanzamiento definitivo, ya que se podían grabar rápidamente. Sin embargo, cada reproducción con una aguja causaba un desgaste progresivo, generando un mayor “surface noise” que añadía carácter al sonido, pero que también limitaba la durabilidad de la grabación.

La textura sonora de estos discos de acetato ofrece una experiencia auditiva única, transmitiendo una autenticidad y calidez que se ha perdido con los formatos digitales modernos. Hoy en día, muchos amantes de la música vintage valoran el “surface noise” no solo como una imperfección, sino como una firma que evoca épocas pasadas de la grabación analógica.